Evangelio lunes 30 de noviembre

Lunes 30 de noviembre de 2020 | Magdalena Fernández

30 de NOVIEMBRE de 2020

Evangelio según San Mateo, capítulo 4, 18 - 22

Fiesta de San Andrés Apóstol

Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. Entonces les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres". Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron. Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.

Meditación Magdalena Fernández Pérez

"Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron"

Jesús me dice: hoy quiero invitarte a seguirme. A dejarlo todo –ahora– y a seguir mi camino. No tengas miedo a tener ideales, a ser fiel a tus sueños de juventud. No temas a la radicalidad, e ignora esas voces que intentan mostrarla como locura. Que cada paso que des te acerque un poco más a Mí. Y que tu vida entera sirva para acercar a otros a mi camino. Entrégalo todo, y podrás encontrar la verdadera felicidad. No te aferres a falsas seguridades. Recuerda siempre que Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Si caminas junto a Mí, no te faltará nada.

Admiro la valentía de los apóstoles, que dejaron todo lo que tenían y siguieron a Cristo. ¿Hubiera hecho lo mismo? Me imagino pescando, encontrándome con Jesús y dejando todo atrás. Pero no hace falta ir tan lejos. Cristo me llama hoy, me invita a seguir su camino en este momento. A renunciar a la comodidad y al egoísmo, al ansia de riquezas y a la seguridad de una vida "tranquila". Me invita a poner mi trabajo al servicio de los más necesitados, a mantener mi corazón alegre y sencillo y a abandonarme en su Providencia.

Señor, quiero dejar mis redes y seguirte. Lo abandono todo, dejo mis seguridades para ir por tu Camino. Tengo miedo, pero también siento paz. Sé que no me dejarás en el camino, que no permitirás que me pierda jamás. Señor, que tu Palabra sea mi motor diario, y que no olvide nunca mi ideal personal. Dame la valentía y fortaleza necesarias para caminar contracorriente, y hazte cargo de mis problemas, sueños y necesidades. Quiero seguirte, Señor. Ayúdame para que no me pierda.

AMÉN

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