UNA OPINIÓN SOBRE EL GRAN JUBILEO DEL 2014.

Escrito enviado por Juan Esteban Manríquez de Chile

En relación con el Jubileo de 2014, me parece que además de mirar nuestra historia pasada o formular diagnósticos sobre la realidad de nuestro tiempo, como hombres y mujeres, "creadores de historia," debemos mirar valientemente el futuro y aportar "a la Iglesia de los tiempos más nuevos", aquellos elementos sobre los cuales el Movimiento, tiene una experiencia vivida. A manera de ejemplo cito algunos:

- Una probada espiritualidad laical que se expresa en la santidad del día de trabajo como un medio de vincularnos personalmente a Dios y colaborar, como instrumentos, en la construcción de un nuevo orden social más justo y solidario. (Misión del 31 de Mayo)

- Un trabajar apostólico, hecho con la máxima libertad que sea posible, de acuerdo a la vocación y a la manera de ser propia de cada cristiano. (Ideal Personal);

- Nuestro sello Mariano, que no se queda sólo en la Alianza de Amor con la Virgen, en el Santuario, sino que se desplaza orgánicamente a una vinculación personal con Cristo y en el Espíritu Santo, con el Padre Dios;

- Una fe que se hace práctica en la vida y que trata de descubrir y realizar orgánicamente y en un grado heroico, la voluntad del Padre Dios a través del "orden de ser" de las cosas, de las personas y en cada uno de los acontecimientos de la vida diaria;

- La importancia que damos en las distintas comunidades del Movimiento, al trabajo de auto santificación en grupos o comunidades de vida donde se expresa en el amor, el respeto mutuo, la solidaridad y el trabajo en equipo, concientes de que somos "familia" y responsables los unos por los otros.

En resumen creo que uno de los grandes aportes al Jubileo del 2014, podría ser un espiritualidad laical probada, con las características ya citadas, u otras, lo que constituiría un valioso aporte para la Iglesia y sobre todo para el hombre de hoy que a veces, sin saberlo, busca más de la doctrina expresada en palabras, al Dios de la vida, encarnado en un hombre santo.